28.10.08

La "concertación Edisur-Giacomino" /3



Como si ya no tuviéramos problemas

Por Arquímedes Federico
Hablando Claro (Radio Nacional Cba.) 25-10-2008



La “concertación público-privada” sigue dando que hablar: opiniones variadas, apurones para una marco regulatorio y llamativos silencios.

Opiniones variadas, en general negativas, tomaron estado público aunque en algún caso olvidaron que con este mamarracho de instrumento para el desarrollo urbano tuvieron bastante que ver. Opiniones que llegaron tarde o que fueron publicadas de ex profesos a posteriori de la aprobación por parte del Concejo Deliberante del acuerdo Municipalidad-Edisur.

Apurones del Ejecutivo Municipal, en otra muestra de incoherencia, para tratar en comisiones un marco regulatorio para este tipo de acuerdo. Apuro que levanta más sospechas sobre tanta “preocupación” en sacar la cuestionada Ordenanza que claramente favorece los negocios de Edisur; que tampoco se entiende si tenemos en cuenta que se sigue anunciando y postergando la presentación del Plan Director que no termina de parir y que el próximo 20 de diciembre cumplirá dos años de un largo embarazo.

Llamativos silencios de las autoridades de los Colegios de Arquitectos e Ingenieros o de las 3 Facultades de Arquitectura con que cuenta nuestra ciudad. Silencios que sólo se pueden entender desde la complicidad, desde su propia ineptitud o desde la falta de compromiso con el medio, razón de ser de las mismas.

Silencio del jefe del bloque radical Ramón Mestre (h), ausente en el momento de la aprobación del acuerdo Municipio-Edisur.

Mientras esto sucede, el Intendente Giacomino se encamina a un peligroso derrotero no deseado. Razones para pensar así hay varias y de peso:

No termina de saber cómo armar su equipo de colaboradores.

En poco menos de un año se reiteran cambios de nombres y organigramas funcionales que reflejan por un lado la ausencia de ideas y propuestas y por el otro de cuadros idóneos.

Parafraseando, “no hay equipo”.

Giacomino ha hablado de una baja en la recaudación pero la realidad es que cuenta con un presupuesto sobredimensionado en sus recursos.

Al mes de agosto (ya han pasado prácticamente dos meses) los 3 rubros más importantes de recaudación municipal: contribución sobre los inmuebles, sobre las actividades de comercio e industria e impuesto a los automotores arrojaban un atraso sobre lo presupuestado de 71 M$. Producto, no de la baja en la recaudación sino de un presupuesto dibujado y mal, que lo único que posibilitó fue seguir autorizando aumentos de sueldos que hoy inmovilizan obras y servicios que la ciudad necesita.

Presupuesto que quienes irresponsablemente lo confeccionaron y aprobaron no tuvieron en cuenta, además, algo que ya desde el año pasado se sabía: que estábamos en las puertas de una crisis económica-financiera, no sólo a nivel país, sino preanunciada por las noticias que llegaban desde EEUU y países que algún tiempo atrás se les envidiaba el nivel de desarrollo como España.

Si estas razones no hacen presagiar un desenlace complicado al Intendente, a los desencuentros con Juez le suma continuas contradicciones con sus propios funcionarios o marchas y contramarchas en decisiones que se ponen en práctica.

Para esto último la reciente historia del servicio diferencial de transporte es una clara muestra de improvisación y desconocimiento del tema.

Para las contradicciones con sus funcionarios, lo sucedido esta semana con el anuncio de la Directora de Transporte y Tránsito Laura Villalba que prohibiría el ingreso de vehículos particulares al microcentro y la inmediata desmentida de Giacomino, es un claro ejemplo.

Que no sólo evidencia lo apuntado sino que con sus declaraciones públicas pone al descubierto algo más grave: la falta de conocimientos que evidencian sobre los conflictos urbanos que se están volviendo, en casos como el del tránsito, en situaciones fuera de control.

Pretender corregir los problemas de tránsito en el centro colocando cámaras de video para castigar a los infractores es de una ingenuidad que se puede calificar de peligrosa, si es así cómo se van a ir enfrentado los conflictos que padecemos los cordobeses.

Antes de cerrar la columna, me detengo en este punto pues las expresiones vertidas en estas idas y vueltas desconocen los problemas de fondo del área central de la ciudad y que no son de estos momentos sino de un continuo histórico al cual se le prestó, en distintos gobiernos municipales, muy poca atención.

Si a la trama estrecha de calles y veredas que caracteriza el período fundacional de la conquista española le sumamos, ya en el siglo pasado, un período caracterizado por ahuecar las manzanas del centro con galerías pobladas de pequeños e insalubres locales comerciales, otro período marcado por una loca carrera de peatonalizar todo calle que se preciara de tal y estos últimos tiempos con la presencia de un desproporcionado shopping, el desmesurado crecimiento poblacional de Nueva Córdoba y la total libertad para instalar en cualquier pedazo de tierra una cochera por horas, pretender resolver el problema con esas inocentes cámaras de video la densidad de actividades que hoy define nuestro centro explica, en términos generales, todo lo antes expuesto.

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